sábado, 31 de marzo de 2007

Patrimonio. Una historia verdadera.

SEIX BARRAL
PHILIP ROTH
PREMIO NATIONAL BOOK CRITICS CIRCLE AWARD 1991

"Ellos me hicieron, me engendraron, me lo legaron todo. Lo que poseían y lo que nunca tuvieron, las palabras, el miedo, los nombres, la ternura, el dolor, la forma de mi cara... "

Me gustaría haber sido más prolija y ordenada como para haber guardado estas y otras anotaciones, que encuentro desperdigadas por allí, en viejas agendas que no me decido a tirar, en libretitas bonitas con portadas de cuadros famosos y últimamente en mis Moleskine, ahora por ese desorden, solo puedo conmoverlos con la cita sin que tengan a quien agradecer la reflexión que me vino a la mente y que busque desesperadamente de libreta en libreta hasta hallarla, cuando cerré tan apenada el libro que hoy nos ocupa.

Este magnifico libro que recomiendo especialmente a todos los que estamos en nuestros cincuentas y que estamos cuidando a nuestros padres en sus 80-85 y 90 años y que hemos o estamos asistiendo a la asombrosa y terrorífica transformación, de verlos convertirse de nuestros padres a hijos desvalidos y necesitados.

Estos padres de quienes hemos heredado todo, probablemente también sus dolencias, achaques, sus temperamentos y actitudes para asumir los cambios y en quienes con terror nos vemos retratados.

Estos héroes caídos achacosos lentos olvidadizos asustados y enfermos que cuidamos con tanto amor y paciencia. Y que al abrazar recordamos las diferentes relaciones que mantuvimos con ellos a lo largo de nuestras vidas y que ahora los acompañamos en su camino hacia el olvido y la muerte.

Patrimonio nos acompaña recorriendo estos sentimientos por el largo camino desde que se producen los primeros cambios, cuando damos la primera orden y nuestros padres nos obedecen hasta cuando sienten el primer síntoma leve, de la perdida de la fortaleza y la salud.

Nos pasamos la vida tratando de que cada día tenga una finalidad y llegamos a la vejez para enfrentar precisamente a los días sin finalidad, en los que comer dormir e ir al baño son los actos centrales e importantes del día... actos que nos mantienen vivos para comer, dormir e ir al baño al día siguiente.

Cabe resaltar el siguiente párrafo:

"Todo estado de indefensión es difícil… pero la indefensión de un anciano que ha sido tan vigoroso...

...yo seguiría siendo para siempre el hijo niño de mi padre y que el seguiría vivo no solo como padre mío, sino como padre, en permanente juicio de todas mis acciones...

Tengo que recordarlo todo con precisión, para poder recrear en mi mente al padre que me creó, cuando el ya no esté."